Pintar es una forma de respirar
Entrevista con el artista visual cubano residente en España, Jorge Luis Martínez Camilleri.
Por Emilio Barreto Ramírez
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| Jorge Luis Martínez Camillleri. Cuba, 1971. Artista visual graduado de la Academia de Bellas Artes "San Alejandro". Actualmente reside en Madrid, España. |
Durante un dinámico viaje a Madrid, el azar me lanzó de bruces hasta la obra del artista visual cubano Jorge Luis Martínez Camilleri. Un gran amigo común propició que una decena de los cuadros pensados, bocetados y realizados por Martínez Camillerí en España desfilara ante mi vista. El saldo que dejó en mí aquella exhibición que no sentí apurada, me impulsó a conversar brevemente con el artista compatriota, cuyas preocupaciones como creador son las mismas que albergamos y expandimos los cubanos en la diáspora. En esta tribuna no haré mención alguna de tales preocupaciones. Prefiero reproducir alguna de las obras que le han dado sentido al rápido intercambio de preguntas y respuestas que sostuvimos cuarenta y ocho horas después, entre Madrid y Valencia.
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| Obra: Andar La Habana. |
Emilio Barreto Ramírez: ¿Cómo te ganas la vida en España y qué espacio reservas en tus días para la creación como artista visual?
Jorge Luis Martínez Camilleri: Vivir del arte nunca ha sido sencillo, pero es lo que da sentido a mis días. España constituye el hábitat para dedicarme a pintar con más calma: sin las urgencias que repetidas veces me imponía el entorno anterior en el contexto cubano. El sustento me llega desde la pintura misma, es decir, de la venta de mis obras y de algunas colaboraciones con galerías dentro y fuera de España, como la que mantengo con una galería en Suiza.
Aunque las circunstancias no siempre son las más favorables, trato de mantener una rutina en la que cada día tenga un momento para la creación, para estar frente al lienzo. Es un ejercicio de constancia y también de necesidad interior: pintar es una forma de respirar.
E.B.R.: La mujer, como sujeto social, tiene un protagonismo cardinal en tus obras. ¿Por qué denuncias una y otra vez los males de la sociedad cubana de las décadas más recientes a través de la mujer?
J.L.M.C.: La mujer es una representación simbólica de la experiencia humana. Es fuerza, resistencia y esperanza. Ella sostiene -muchas veces en silencio- el peso de la vida cotidiana, las emociones, la historia íntima.
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| Obra: La Esperanza. La fe en Cristo ha sido el pilar que ha sostenido al artista en los instantes de mayor incertidumbre. |
Cuando pinto a la mujer cubana, o a la mujer en general, no busco señalar los males de una época, sino reconocer su capacidad interior de luz, su poder de renacer incluso en medio de las sombras. Es una mirada más poética que crítica, más emocional que ideológica.
Durante mi trayectoria artística, la fe en Cristo ha sido el pilar que me ha sostenido en los momentos de mayor incertidumbre. En medio de tropiezos y aprendizajes, he comprendido que el arte también puede ser una forma de servicio, una manera de elevar lo cotidiano hacia lo espiritual. Pintar se convierte entonces en un acto de gratitud, una oración silenciosa que devuelve al mundo lo que considero un don recibido de Dios. La Virgen María dentro de la iconografía católica ocupa un lugar esencial dentro de mi obra. La concibo como símbolo de protección, creación y consuelo. En ella encuentro la representación de la fortaleza que sostiene en medio del dolor, la mediadora que transforma el sufrimiento en esperanza. A través de esa figura sagrada, la mujer terrenal adquiere también su más profundo sentido: el de ser puente entre lo humano y lo divino.
E.B.R.: ¿Por qué es también la mujer la encargada de hacer explícito una serie de ideal de país o de sistema social?
J.L.M.C.: La mujer en mis cuadros representa un ideal humano. Ella encarna la esperanza, la ternura, la dignidad, la espiritualidad: valores que trascienden cualquier frontera o circunstancia.
A través de la mujer intento hablar de lo que somos como cultura: de nuestra sensibilidad, de nuestra memoria, de la manera en que soñamos y resistimos. En ese sentido, ella se convierte en metáfora del país, de lo íntimo, pero desde la emoción, sin intención de emitir juicios.
Creo que la mujer es el rostro visible de lo invisible, de aquello que sostiene sin ser visto. En mi pintura, ella es no solo figura; también es símbolo de un equilibrio posible entre la realidad y el deseo.
Madrid-Valencia, octubre de 2025.




Muy buena y sintética entrevista. Considero las preguntas bien dirigidas y provechosas.
ResponderEliminarLas pinturas excelentes, le deseo éxitos a Camilleri.
Muy buena entrevista. Dicen que ver una pintura es como leer un libro. Las obras de Camilleri tienen lenguaje propio y la misión de dar a entender lo que explica en sus respuestas. Excelente persona, le deseo un futuro brillante y próspero.
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